The Political Ninja: El potencial de Twitch para las campañas políticas
Una de las industrias que más ha crecido dentro del mundo de la tecnología es la de los videojuegos. Mejores gráficas, juegos tan interactivos que te hacen creer que estás dentro del televisor, y la evolución del sistema de cartuchos de juego a una conexión de Internet que permite descargar juegos desde cualquier parte del mundo que tenga Wifi.
Y como dicta la regla básica de oferta/demanda, la proliferación de la cultura gamer necesitaba un foro que aglutinara sus miembros, y que no fuera el chat que incluyen las plataformas tradicionales.
De ahí surge Twicth.
Para sincerarme, soy de la generación que, a pesar de haberse criado durante los años 90, me quedé con Super Mario World y Donkey Kong Country.
Sí, lo sé…
Imagina mi reacción cuando me enteré de que existía una plataforma que sirve para que los gamers puedan grabarse mientras juegan. En resumen, eso es Twitch, una página web dedicada principalmente al mundo del videojuego. Además de ofrecer miles de transmisiones de personas jugando en vivo, provee un chat para interactuar con otros usuarios.
Parece, pero no es chiste. El tráfico que genera Twitch abrió unos cuantos ojos, incluyendo los de Amazon, quien compró la plataforma por unos míseros $970 millones. Como toda propiedad de Jeff Bezos, Twitch se diversificó; se convirtió en una plataforma tan flexible como la creatividad permite. Actualmente puedes encontrar un grupo jugando Pokémon, a un chef enseñando cómo preparar sushi, y a un fanático del fútbol narrando El Clásico.
Pero aun con la amplia variedad de temas que pueden transmitirse, Twitch continuaba siendo una autoridad en el gaming, aunque todavía no alcanzaba el status de cultura popular. Todo eso cambió con la llegada de Tyler Blevins, mejor conocido como “Ninja”.
Iniciándose en el 2009, con el juego Halo 3, Ninja se convirtió en el Floyd Mayweather de los videojuegos. Su trayectoria y talento para el gaming es innegable, pero su verdadera fama llegó gracias a una sesión del famoso juego Fortnite que transmitió jugando nada más y nada menos que con el artista urbano Drake. Ese crossover catapultó a Ninja hacia la cultura popular, y la notoriedad de Twitch se disparó entre los ricos y famosos.
Normalmente, la clase política en los Estados Unidos –acostumbrada a las estrategias cotidianas– verían este tipo de plataforma como un vampiro cuando ve una cruz, pero la clase entrante es de la nueva generación. Esa generación que no necesita “adoptar” las redes sociales, porque nacieron con ellas. Esa generación considerada como “irreverente” porque no se adhiere al protocolo en el acto político. La generación a la que pertenece Alexandria Ocasio-Cortez, quien no titubeó en lanzar su debut en Twitch con un asunto que el político convencional no tocaría ni con guantes.
Pero para darle contexto a la situación, primero te presento a Harry Brewis, conocido en el ciberespacio como Hbomberguy, un joven con una presencia sólida en Twitch, que decidió llevar a cabo un maratón con el juego Donkey Kong 64 para concienciar (y recaudar fondos) para Mermaids UK, una organización sin fines de lucro que sirve de apoyo para la comunidad de niños transgénero.
Como cualquier usuario que casualmente se conecta a Twitch, la Representante en la Cámara de Representantes federal por el 14to distrito congresional de Nueva York interrumpió la transmisión. ¿Para demostrar sus destrezas con Donkey Kong? No, para dar su opinión en el debate sobre los derechos de la comunidad trans.
Una conversación sobre derechos humanos mientras se busca cómo hacer que Donkey Kong suba de nivel. Una de las congresistas más famosas tuiteando sus deseos de organizar una reunión tipo Town Hall en Twitch.
Parece surreal, pero es una muestra de la interconexión que se aproxima entre las plataformas emergentes y la necesidad que tienen los políticos de llegar a la nueva generación que se aleja cada vez más del proceso político, tanto en la etapa de campaña como de la ejecución de gobierno.
La hazaña de Ocasio-Cortez demuestra que existen al menos tres aspectos básicos por las que debe estudiarse el terreno fértil que ofrece Twitch para el profesional de la consultoría política que quiera desarrollar estrategias creativas con riesgo mínimo.
1. Ofrece un nuevo modelo de interacción.
Gracias a su dinámica, Twitch es la mejor plataforma para explotar el potencial de un sector olvidado: los introvertidos. Como demostró el intercambio con AOC, el usuario puede sumergirse en el videojuego, sin tener que mirar fijamente a la cámara para emitir opiniones o hacer cualquier aportación al debate. O sea, no se le exige un enfoque dirigido estrictamente a la discusión política, ya que ellos no van a la política, sino que la política va hacia ellos.
El elemento de informalidad se ha propagado por todo el campo político, por lo que la conversación casual no tiene que verse como menos profunda, sino como un nuevo modelo de comunicación dentro de una comunidad que gira en torno a la actividad del videojuego.
Por décadas la cultura del gaming se ha relacionado con personas reservadas y de poca interacción social. Aunque no creo que deba generalizarse, la realidad es que por el momento no existe un vínculo entre la política y los videojuegos, más allá de una que otra aplicación que se prepara estrictamente para la época de elecciones. Esas circunstancias pueden cambiar se le dedica una porción considerable de la planificación de estrategias comunicacionales a espacios como Twitch.
2. Genera un escenario beneficioso para todos.
La entrada de la política a Twitch representa un claro choque generacional: lo políticamente correcto y lo informal se encuentran gracias a una consola. Inusual, pero ya no es improbable.
Que un usuario (streamer) de Twitch disfrute del caos y la violencia que promueve un videojuego no significa que desconozca cómo monetizar las plataformas. Por ejemplo, Ninja reveló que recibe un ingreso mensual de $350,000.00 por concepto de suscripciones. Eso es más de lo que gana la mayoría de los doctores, abogados e ingenieros anualmente.
Con un tráfico tan lucrativo, las campañas tienen terreno para explorar diversas estrategias de colaboración. El influencer verá una ganancia en su número de suscriptores, ya mayor audiencia, mayor capacidad de monetización. En cambio, el político tendrá una oportunidad de exposición para su candidatura en una plataforma con un gran retorno de inversión, ya que los costos de transmisión son ínfimos.
Dado que el ambiente político en Facebook, Instagram y Twitter está saturado con publicidad pagada, la experimentación con Twitch deja poco margen de riesgo, ya que además de tener un crecimiento orgánico, en caso de que no se obtenga una audiencia considerable, siempre está la posibilidad de reutilizar el contenido en otras plataformas.
3. Es un nicho que puede ser muy lucrativo para las campañas.
La cantidad de usuarios en Twitch es muy conservadora, pero analizar su potencial desde la perspectiva de suscriptores sería un error.
Así como Instagram es un juego de likes, y Facebook prioriza las publicaciones de acuerdo a la interacción en la sección de comentarios, entiendo que el político que procure entrar al mundo de Twitch deberá velar por un balance entre la calidad y la cantidad.
Calidad de las transmisiones y la cantidad…de dinero.
Si gracias al caso de Citizens United las corporaciones pueden donar a cualquier candidato o comité de acción política (PAC, por sus siglas en inglés) sin encomendarse a nadie, ¿quién prohíbe que los gamers también lo hagan?
Esta puede ser la oportunidad que los millennials (y no tan millennials) no sabían que tenían para insertarse en el debate político sin tener que estar bajo el spotlight y sin tener que ser innecesariamente vocales. Piénsalo, sería la versión gamer de “money talks”.
Varios influencers actualmente donan cantidades significativas a diversas entidades, así que, siempre que se cumpla con las leyes de financiación electoral, Twitch podría añadirse al arsenal de recaudación de fondos para las campañas.
¿Le ves potencial para la aplicación política a Twitch? ¿Crees que Alexandria Ocasio-Cortez pudo haber iniciado una tendencia, o la plataforma limitará su enfoque a sus raíces del videojuego?