You Weren't Supposed to Do That: La estrategia de neutralización de Donald Trump durante SOTU 2019
Un discurso tan poderoso que hizo que Alexandria Ocasio-Cortez le diera un high five al espíritu de George Washington.
Tal fue el efecto del discurso de Donald Trump sobre el estado de la Unión durante uno de los periodos más álgidos de su presidencia.
El gobierno federal llevaba más de un mes paralizado como consecuencia de la guerra entre demócratas y republicanos por las negociaciones en torno a la situación migratoria.
Con un clima político profundamente dividido, el presidente tenía dos retos monumentales: contentarse con sus enemigos demócratas –y los republicanos que rehuían al debate sobre la frontera– y consolidar su posición como el líder conservador que merece ser nominado para las elecciones de 2020.
El segundo era más fácil, considerando que el tranque con los demócratas era responsabilidad suya tras pedir $5.7 billones para la construcción del muro fronterizo.
Oliendo la sangre en el agua, y aprovechando la conmemoración de la lucha de las mujeres por que se les reconociera su derecho al voto, la nueva representación femenina en el Congreso se uniformó de color “blanco sufragio” y marchó hacia el hemiciclo de la Cámara de Representantes con la única intención de hacer que Trump quedase en ridículo.
Pero por lo que vi, los demócratas no aprenden de una buena vez que Trump es un maestro en el podio.
Haciendo uso de la conmemoración del sufragio femenino y de la nueva mayoría de mujeres en el Congreso, el presidente neutralizó toda posibilidad de un asedio de abucheos y epítetos.
Sun Tzu advirtió en “El arte de la guerra” que:
“Un ejército es como el fuego: si no lo apagas, se consumirá por sí mismo”.
Y así, con cada aplauso, con cada sonrisa y con cada coro de “USA, USA!”, el ejército de uniforme blanco se consumió entre la retórica de Trump.
¿Demostrar interés genuino en unir a republicanos y demócratas?
Check.
¿Proyectarse como un líder sensato capaz de lograr consenso?
Check.
Lo que nos enseña la estrategia de Donald Trump
El hecho de que Trump saliera airoso de su prueba de fuego demuestras que en la política, por más golpeado que se encuentre el adversario, nunca se debe subestimar.
Con su discurso –y sus efectos– el presidente evidenció tener la capacidad de recuperación de un maratonista, mientras la delegación demócrata se cansó antes de llegar a los 400 metros.
Además, se hace cada vez más obvio la mejor estrategia contra Trump no consiste en asumir la ofensiva, y mucho menos quedarse en un choque de (¿)ideas(?), sino abandonar el cuadrilátero y dejar que se canse de golpear al aire.
De haber permitido que Trump ofreciera el discurso según planificado, habría pasado sin pena ni gloria; otro discurso monótono, lleno de autoespaldarazos y la letanía de logros que solamente sus colegas republicanos habrían aplaudido por obligación. Pero al antagonizarle con la teatralidad del vestuario y la imagen de un frente, solo consiguieron que el presidente se sintiera amenazado, y es bajo amenaza cuando mejor opera.
¿No me crees? Jeb Bush, Rand Paul, Marco Rubio, Ted Cruz, Hillary Clinton, varios reporteros, y hasta activistas, todos atacaron a Trump, y además de fracasar, fueron humillados durante el proceso.
¿La lección? En ruta a la contienda de 2020, el Partido Demócrata tiene que enfocarse en discutir las propuestas para mejorarla calidad de vida de los ciudadanos e ignorar a Trump. Si lo hacen, como afirmó Sun Tzu, se consumirá por sí mismo.
¿Fue exitosa la estrategia de la delegación femenina en el Congreso? ¿O Trump resultó ser más astuto?
